CURRICULO

viernes, 26 de agosto de 2016

ESTIGMAS SOCIALES




He tenido la suerte de nacer en Europa, en Occidente. Y también me siento afortunada por haber crecido en una familia que me educó en el valor de las diferencias y en el respeto hacia las personas diferentes. El ejercicio de mi profesión me enseñó, más tarde, acerca del gran sufrimiento con el que algunas personas padecen el hecho de sentirse diferentes.

Resulta fácil denunciar lo vano y superficial de algunos intentos por acercarnos a la realidad de personas excluidas o en riesgo de exclusión porque se quedan en sólo eso: intentos, parches… desde la seguridad del pertrecho de una nómina, un hogar, una red de apoyo social… de quien los promueve, pero que no consiguen remover ninguna de las realidades que han originado esa exclusión.

Cuando esta incompetencia proviene de determinadas políticas sociales asentadas sobre la beneficencia o el voluntarismo que generan conformismo y pasividad en las personas o, en el extremo opuesto, en el falso empoderamiento de la ignorancia que lleva a concebir los servicios sociales como supermercados de autoabastecimiento de servicios a la carta, del consumo por el mero consumo de recursos tan escasos como arbitrarios…

Desde “Vaya Tela”, la asociación en la que colaboro desde hace años, trabajamos discretamente para corregir desigualdades estructurales. Pero no se da ningún primer paso si no existe la conciencia suficiente en torno al peso de determinados estigmas sociales. Por ello hemos propuesto un sencillo ejercicio que a buen seguro te ayudará a percibirte diferente y que tiene que ver con la máxima de “al que juzgue mi camino, le presto mis zapatos”.

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